Paolo y sus gafas

lunes, 25 de agosto de 2008

Hola a tod@s !!

Hace días que estoy en España, después de mi viaje a China ;-)

Y por eso está el blog un poco parado, y he pensado que un relato de humor no vendría mal, antes de elaborar el artículo sobre China, y aquí lo tenéis:

Paolo se fue de viaje a Madrid, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista y encontrando la ocasión de comprarle unas gafas muy bonitas y baratas, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas se decidió y le compró unas. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta, pero al marcharse, Paolo en lugar de coger la caja con las gafas, cogió otra muy parecida que había al lado, que contenía unas bragas, que seguramente alguna clienta de las que había en la óptica se acababa de comprar. Paolo no se dió cuenta de la equivocación, así que desde allí se fue directamente a Correos y le envió la caja a su novia junto a una carta, la novia recibió el paquete y quedó perpleja por el contenido, sí que leyó la carta que decía:



"Querida mía":

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que no tienes ningunas, pues las otras que tenías llevabas ya mucho tiempo con ellas y éstas son cosas que tienes que cambiar de vez en cuando. Espero que haya acertado con el modelo, la dependienta me dijo que eran la última moda y me enseñó las suyas que eran iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras, cogí y me las puse allí mismo. No sabes como se rió la dependienta, porque estos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que ya sabes que tengo unos rasgos muy alargados.

Una muchacha que había allí me las pidió, se quito las suyas y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Las vi estupendas, me decidí y las compré.

Póntelas y enséñaselas a tus padres, a tus hermanos, en fin, a todo el mundo, a ver que dicen. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que has estado tanto tiempo sin llevar ningunas. Si te están pequeñas me lo dices, que si no te van a dejar señal cuando te las quites para ir a la calle y todo el mundo va a notar que las tienes. Ten también cuidado de que no te estén grandes, no sea que vayas andando y se te caigan. Llévalas con cuidado, no vayas a romperlas y, sobre todo, no vayas a dejarlas por ahí y las pierdas, que tienes costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean tus encantos.

En fin, para que te voy a encargar nada más. Sólo te digo que estoy deseando vértelas puestas. Este es el mejor regalo que podía hacerte. "Cariño".

Paolo se quedó sin novia, ¿por qué?

PD: Gracias a mi padre que fue el que encontró esta narración en un periódico de publicidad de Baza.

2 comentarios:

María José dijo...

¡¡¡ Volvemos a las rutinas !!!
Ya nos enseñarás tu viaje a China, estoy deseando ver tus fotos.
Ahora tienes mucho material para tu blog. Yo ya tengo tres blogs que me dan mucho trabajo. Pero me lo voy a tomar con calma.

Ese relato está muy gracioso, a pesar de que ya lo había leído porque me lo mandaron por correo, me ha hecho reir. Se agradece que alguien haga reir, para que nos hagan llorar ... ya nos llega sin avisar.
Un saludo y a ponerse las pilas que se nos acaban las vacaciones.

Ramón José Martínez Cuevas dijo...

Hola Mª José!!

Ya pronto verás las fotos de China, ahora iba a continuar el artículo sobre el viaje.

El relato de Paolo es ya viejo, me gusta que te hayas reido un poco!!

Llevas 3 blogs para adelante, eres una fiera!!

Animo y fuerzas para la vuelta de vacaciones ;-)